El camino de Anonymous

Hace un tiempo escribí esta breve reseña, ahora la publico como referencia para todos los medios que andan por ahí diciendo huevadas:

Por Anónimo, renombrado autor del Cantar del mio Cid

El teléfono no es un juguete

Las redes telefónicas fueron el primer sistema propiamente tal al que tuvieron acceso los ciudadanos comunes y corrientes, los cuales veían como los técnicos utilizaban ciertas técnicas poco ortodoxas para reparar sus equipos, este sería el inicio del término hacker, ya que muchos técnicos solían propinar golpes a los equipos que funcionaban mal, al ser equipos electromecánicos esto resultaba en la mayoría de los casos.

En 1957, un niño ciego de 7 años llamado Joybubbles (el silbador) en Virginia U.S.A. descubrió accidentalmente que al silbar a 2600 Hz sus llamadas eran finalizadas, al preguntar a la compañía sobre el asunto supo que esa frecuencia era utilizada para señalizar que una llamada interprovincial había terminado.

Luego de experimentar se dio cuenta de algo, un silbato que venía de regalo con los cereales Cap’n Crunch hacía exactamente ese tono, lo cual reportó al ingeniero militar y anfitrión de su propia estación de radio pirata John Draper (conocido actualmente como Captain Crunch) con esta inusual herramienta empezó la experimentación: al transmitir los tonos de control en secuencia se podían efectuar llamadas gratuitas al rededor del globo. Meses más tarde se crearía la primera caja azul, dispositivo que generaba esos y otros tonos y los enviaba.

Un joven ingeniero que fabricaba cajas azules llamado Steve Wozniak luego dijo “porqué no creamos algo un poco más complejo y útil?”, esto sería la Apple I.

Internet: hippies trabajando para los militares

En la parte más caliente de la guerra fría, el miedo a perder conectividad hizo que la DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada para la Defensa) incitara a las distintas universidades de USA (y posteriormente Inglaterra, Francia y Japón) a crear una red que pudiera soportar los más duros ataques. Estas universidades ya contaban con redes conectando los servidores centrales con rudimentarios equipos llamados terminales-tontos o microcomputadores, el problema era comunicarse entre ellos, para lo que crearon una plantilla de carta llamada RFC (petición para comentarios) la cual sería lo más cercano a un standard que se podía tener en semejante colaboración, estos RFC no están normados por nadie en específico y fueron usados para definir el protocolo para intercomunicación de redes TCP/IP (RFC791 para la actual v4 o RFC1883 para la futura v6) o simplemente reírse sobre que pasaría si utilizamos las palomas mensajeras cómo infraestructura de redes (RFC1149). En este bullente ambiente innovador se desarrolló lo que hoy conocemos como Internet, todo de conocimiento público para que el que tuviera los medios pudiera unirse.

Luego, en 1991 Sir Timothy Berners-Lee desarrolló un protocolo que recorra internet para publicar y leer hipertexto y compartir fácilmente información entre científicos, la WorldWideWeb, y lejos de patentarla y enriquecerse, la liberó como protocolo abierto y gratuito, para que todo el mundo disfrutara de todo el conocimiento acumulado. Y así como los anteriores protocolos, no era regido por reglas, sinó por recomendaciones. En 2004 fué embestido cómo Caballero Comandante de la Más Excelentísima Orden del Imperio Británico.

Anime, humor y pornografía

En 1999 un estudiante japonés en U.S.A. crea el 2channel, un imageboard (similar a un foro) con extrañas características: se centra en el libre intercambio de imágenes y contenidos, ya sean creados o modificados por los usuarios, y la anonimidad de sus usuarios, lo cual permitió disparar la creatividad sin la culpa que conlleva burlarse de la autoridad o de algún medio de comunicación en específico. Este imageboard se utilizó para todas las necesidades básicas: comentar anime, generar humor y compartir pornografía.

Siendo 2channel primordialmente utilizado por japoneses, la necesidad de un imageboard en inglés era patente hasta que en 2003 moot abrió al público 4chan, una comunidad enfocada principalmente a compartir opiniones e imágenes de anime y manga. Un par de años después era una de las páginas más visitadas a nivel mundial, con más de 600.000 visitantes únicos al mes, contenidos tan diversos cómo automóviles, armas y pornografía de variados tipos y bromas internas que han traspasado a todos los niveles de la sociedad.

Justamente en una de las secciones de 4chan, “/b/ – Random”, fue donde empezó a gestarse lo que sería un grupo con tal influencia que llegó a poner a moot en la portada de la revista Time cómo la persona más influyente del mundo en el año 2008. Este grupo sin lideres ni membresía está escuetamente definido por una actitud de desvergonzada y quinceañera libertad y por el nombre de usuario por defecto: “Anonymous”.

Anonimos en una protesta contra la Cientología en Londres (2008)

Anonimos en una protesta contra la Cientología en Londres (2008)

Conciencia grupal y Cientología

Dada la gran cantidad de usuarios de /b/ cualquier broma propuesta tenía cientos o miles de participantes, la más recordada es la invasion al juego online HabboHotel.

En 2008, un video del actor americano Tom Cruise alabando la Cientología (una religión que combina new age con ciencia ficción y muchos dolares) fue publicado y los esfuerzos de la Iglesia de la Cientología (CoS) para removerlo de internet fueron motivación suficiente para que miembros de Anonymous tomaran interés y se organizaran escuetamente, como es ahora usual, dando una fecha y una hora para una demostración pública frente a las sedes de la CoS en todo el mundo, lanzando todo un revuelo a nivel mundial.

Posterior a esto, Anonymous ha participado en muchos movimientos a favor de la libertad de información en distintas partes del mundo, incluyendo su apoyo al sitio de publicación de información clasificada WikiLeaks, su rechazo a dictadores y a las leyes antipiratería, siempre recitando su mantra:

Somos Anónimos. Somos Legión. No Perdonamos. No Olvidamos. Espérennos!

O el menos conocido:

Hagámoslo por las risas


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